miércoles, 31 de octubre de 2012

El conflicto escolar; interpretacion sociológica.


 



Conflicto

Se entiende por conflicto: “situaciones en que dos o más personas entran en oposiciones o desacuerdos de intereses y/o posiciones incompatibles donde las emociones y sentimientos juegan un rol importante y la relación entre las partes puede terminar robustecida o deteriorada, según la oportunidad y procedimiento que se haya decidido para abordarlo, surgen y se expresan de diferentes maneras, por motivos diversos y con distintas intensidad entre las personas.”[1] (MINEDUC, 2006).

Si se examina la naturaleza de la institución escolar; en cuanto asimétricamente a sus integrantes, niños, niñas, jóvenes y adultos, jerárquicamente en cuanto a su organización y pública en cuanto a su constitución, ciertamente, es esperable que surjan conflictos y diferencias de posición cotidianamente.[2] (MINEDUC, 2006).

Los conflictos conviven entre los actores educativos y generalmente se han asociado a faltas o vulneración de normas que son sancionadas por una autoridad escolar. En este sentido en MINEDUC afirma que los conflictos interpersonales no siempre surgen por una infracción de norma, sino de la propia relación entre dos o más actores educativos, por tanto, en estos casos no procede sancionar no castigar, más bien generar otra condición para llegar a una aclaración del conflicto y su posterior resolución.[3] (MINEDUC, 2006).

Para entender mejor el fenómeno del conflicto es necesario definir conceptos que han estado siempre presente, formando parte  de conflictos escolares, entre ellos están la agresión y la violencia entendida como la primera respuesta hostil frente a un conflicto latente, patenteo crónico, También se asocia la agresión como una conducta fuera de control que tiene como propósito ganar en la relación a costa de los intereses y muchas veces de la integridad física y/o psicológica del otro, La respuesta agresiva es una expresión cargada de emotividad, que suele profundizar la disputa, sin dar pasos a la resolución. Y la segunda como la situación de desborde y trasgresión más allá de la agresión con que se enfrentan situaciones que generan malestar o dificultades. Según lo define el MINEDUC, la violencia se acerca mucho más a un conflicto en el que no sabemos cómo regresar a una situación de orden y respeto de las normas sociales.[4] (MINEDUC, 2006).

Podemos decir que los conceptos anteriormente definidos han estado siempre presentes en el saber común de las personas, puesto que han sido siempre reconocidos como factores que generan conflictos, independientemente del contexto en el cual estén inmersos, Sin embargo, hoy en día han surgido nuevos conceptos que dicen relación con lo mismo, pero que son abordados de distinta forma, en cuanto a gravedad e intensidad.
Así el hostigamiento, es entendido como actos de agresión y violencia silenciosos, producto del establecimiento de una relación de poder, entre pares adultos, juveniles o niños, es decir, son actos de agresión o violencia que comete una persona que tiene más poder sobre otra que tiene menos. Por lo tanto, mientras más poder concentra el victimario mayor es su dominio sobre la víctima, creando una relación de dominación  de dominación que para la victima resulta difícil de romper.

El hostigamiento se puede constituir como una relación de uno a uno, de un grupo con respecto a una víctima, o bien, de hostigamiento indirecto, mediante la utilización de un tercero por parte del victimario.[5] (MINEDUC, 2006).

Según las mismas fuentes de un tiempo a esta parte se ha ido instalando un nuevo concepto en la literatura especializada para caracterizar acciones de matonaje, acoso y hostigamiento. Se trata del término “bullyng”, que denomina los procesos de intimidación y victimización entre iguales, Se trata de procesos en os que uno o  más alumnos en el caso de la escuela o liceo acosan e intimidan a otra víctima a través de insultos, rumores, vejaciones, aislamientos social, etc. Si bien no siempre incluyen violencia física, este maltrato intimidatorio puede tener lugar a lo largo de meses e inclusos años, siendo sus consecuencias devastadoras, sobre todo para las víctimas. [6](MINEDUC, 2006).

En el manual “Hostigamiento como la expresión silenciosa de la violencia”, del MINEDUC, contempla distintos tipos de hostigamientos, con frecuencia aparecen varios tipos de forma simultánea[7](MINEDUC, 2006).

  • Físico: empujones, patadas, agresiones con objetos, etc. Se da con más frecuencia en Primaria que en Secundaria.
  • Verbal: es el más habitual. Insultos y menosprecios en público, resaltar defectos físicos.
  • Psicológico: afectan el autoestima del individuo y fomenta su sensación de temor.
  • Social: pretende aislar al joven del resto del grupo y compañeros.

Es por esto que la resolución pacífica de conflictos involucra reconocer igualdad de derechos y oportunidades entre las partes en la búsqueda de solución que satisfaga a amabas partes, restablecer la relación y posibilitar la reparación si fuere necesario.[8] (MINEDUC, 2006) sobre bases racionales, asertivas y emocionales positivas; puesto que la agresividad corresponde a un estado emocional que consiste en sentimientos de odio y deseos de dañar a otra persona, animal u objeto. La agresión es cualquier forma de conducta que pretende herir física y o psicológicamente a alguien. Sin embargo, la sana agresividad es un factor del comportamiento normal puesto en acción ante determinados estados para responder a necesidades vitales, que protegen la supervivencia de la persona y de la especie, sin que sea necesaria la destrucción del adversario.[9] (Gorostegui, 2007).

11. El papel de la educación en el desarrollo del capital social

El capital social se refiere a las instituciones, relaciones y normas que conforman la calidad y cantidad de las interacciones sociales de una sociedad.

Según Sudarsky (2001), el capital social puede ser generado en diferentes instancias y su desarrollo depende de los valores, las costumbres, las creencias y la cultura de la sociedad. En consecuencia, la educación desempeña un papel muy importante, pues durante los diferentes niveles de formación de la persona, se pueden desarrollar algunas de las características que favorecen la creación de capital social.



















 




[1] Conceptos claves para la resolución de conflictos en el ámbito escolar. Ministerio de educación Primera edición.2006.
[2] Conceptos claves para la resolución de conflictos en el ámbito escolar. Ministerio de educación Primera edición.2006
[3] Ibídem.
[4] Ibídem.
[5]  Conceptos claves para la resolución de conflictos en el ámbito escolar. Ministerio de educación Primera edición.2006
[6] Hostigamiento como la expresión silenciosa de la violencia. CD Aprender a Vivir Juntos del MINEDUC. 2006.
[7] Idem
[8] Conceptos claves para la resolución de conflictos en el ámbito escolar. Ministerio de educación Primera edición.2006
[9] Gorostegui; M. Elena, Violencia escolar en Chile, El silencio que hace ruido. Revista Mensaje N° 13. 2007.

jueves, 25 de octubre de 2012

La actividad social como elemento mediador de la convivencia.


 

Un modelo educativo que invite exige necesariamente dos cosas.

La primera, que se desarrollen actividades concretas y específicamente diseñadas para que los alumnos y alumnas tomen conciencia de sí mismo, de sus virtudes y sus defectos, y aprendan a quererse tal y como son; comprendan que sus acciones hacia los que le rodean; sepan poner en el lugar de los demás; escuchen, respeten, confíen y en definitiva, se lleven bien con sus compañeros.

La segunda va destinada a la necesidad de que, en las actividades ordinarias de aula, demos la oportunidad de que estas habilidades y estrategias sociales las pongan en prácticas a través del fomento de estructuras sociales de participaciones diversas y comunicativas, primen el contacto y el intercambio, sobre el silencio.

La educabilidad de los sentimientos y emociones no intenta confinar a un segundo plano a los contenidos de carácter académico, sino formular que cada ámbito se le dedique el tiempo y la atención que se merece, tampoco abogamos por una visión sesgada e independiente entre los conocimientos cognitivos, por un lado, y las actitudes y valores, por otro, sino por su complementariedad en la diversidad de situaciones educativas.

Se tiene que plantear una línea de trabajo sobre la gestión de la convivencia, y la necesidad de que ésta sea democrática. La gestión democrática de todo fenómeno social, y la vida en el centro educativo.

·        Participación y Ciudadanía


La interactuación y participación activa en los diversos ambientes que se generan al interior de la escuela, se potencia y se crean vínculos con los diversos actores involucrados, considerando al líder participativo, “una persona que participa y que esta acostumbrada a tomar decisiones compartidas, suele ser alguien flexible, capaz de escuchar a los demás y que sabe trabajar en equipo para lograr colectivamente cosas que individualmente serían imposible”.[1](MINEDUC, 2006).

La convivencia escolar, potencia la ciudadanía comprendida esta como: “La conciencia de los derechos democráticos, es la práctica de quien está ayudando a construir los valores y las practicas democráticas, es querer cambiar la realizada a partir de la acción conjunta, de la elaboración de propuestas y de solidaridad”[2] (Betinho, 2005). Es por ello que se considera que la escuela es el escenario que debe propiciar el aprendizaje y desarrollo de la ciudadanía, puesto que es la educación la que promueve esa como un factor de aprendizaje, es por ello que las diversas dinámicas escolares que vivencian los alumnos y alumnas van formando y contribuyendo a la integración en la vida en sociedad, habilitándolos de herramientas necesarias para una vida ciudadana democrática, ya que facilita la formación de la personas para adaptarse a su medio social y cultural, den donde a través de las interacciones, se adquieren hábitos y destrezas para desenvolverse como agentes sociales

Por otra parte, es un hecho reconocido ampliamente que una buena convivencia es un factor de éxito del aprendizaje, pues en un ambiente de sana convivencia se aprende más y mejor. El trabajo colaborativo, el intercambio de opiniones e ideas en un ambiente de respeto y valoración de la diversidad es fundamental para el desarrollo de una serie de habilidades cognitivas para la profundización y maduración de determinados aprendizajes y para la promoción de valores y actitudes.[3] (MINEDUC,2 006).

Los procesos de enseñanza-aprendizaje son un acto de confianza, de entrega mutua, que logran mayor significación en un contexto de comunidad educativa que plasma en su cotidianeidad los valores democráticos como ejes de la vivencias que respaldan la formación ciudadana de niños, niñas y jóvenes. Desde esta perspectiva, la convivencia escolar es un espacio que debe cautelar y garantizar aprendizajes significativos replicables en la convivencia social.[4] (MINEDUC, 2006).

Aprender a vivir juntos y junto a otros aprender a vivir, conlleva implícitamente y explícitamente el reconocimiento del otro como un legítimo otro en la convivencia, y la convivencia cotidiana como un espacio singular para el aprendizaje y valoración de la diversidad y pluralidad en las relaciones humanas. Estos dos elementos cobran particular sentido en la convivencia que tiene lugar a diario en los establecimientos escolares, por cuanto la vida escolar congrega, un  mismo tiempo y espacio, a personas de distintas edades, sexo, religión, ideales e intereses en torno a un fin común.[5] (MINEDUC, 2006).


  • Democracia y Convivencia Escolar.

Se entiende por democracia como: “Filosofía o sistema social que sostiene que el individuo, solo por su calidad de persona humana y si8n consideración a sus cualidades, rango, estatus o patrimonio, debe participar en los asuntos de la comunidad y ejercer en ellos la dirección que proporcionalmente le corresponde”[6] (Pratt Fairchild,1997).

Sobre la base de esta definición podemos decir que la democracia y la convivencia están relacionadas y ambas son parte de la socialización, ya que le ser humano es un ser social por naturaleza el cual no puede vivir aislado, necesita de los otros para desarrollarse, De esta manera, se aprende que una vez aprendido y adquirido diversos códigos de socialización en las diferentes etapas de la vida se comienza a practicar la democracia; es decir, comienza otra etapa en la cual las personas se sienten partícipes activos y pasivos de esta sociedad, se insertan aprendiendo sus normas, códigos y leyes.

La autonomía y la participación son fundamentales para el comportamiento democrático y de convivencia, las personas que no han desarrollado una gran autonomía difícilmente logran participar activamente en los procesos sociales y asumir posiciones claras en momentos de conflictos.

La convivencia social requiere de la formación y desarrollo de una “mentalidad democrática” en los individuos. Esta mentalidad es la que permite sentir, pensar y actuar democráticamente en el ámbito individual, grupal y social, en esto es importante señalar que las primeras fuentes de socialización aparte de la familia es la escuela, y ésta juega unn papel primordial que se fundamente en que es al primera institución de la sociedad que el niño, niña o joven, reconoce, y en ella se va formando la idea de la sociedad a la que pertenece.

A través del camino de la convivencia democrática se llega a l concepto de participación, noción que se define sociológicamente como un “Suceso que se da cuando las personas interceden socialmente en forma conciente, es decir que existe una identificación con el grupo en el cual se actúa, pues se comparten valores objetivos e ideas”[7] (Greco, 2003).

De la participación podemos decir que tiene una vinculación muy estrecha con los términos anteriormente expuestos ya que es la “articulación” de la convivencia escolar, es decir, que al estar insertos en una sociedad democrática y ya creada la “mentalidad democrática” comienza a surgir un deseo de realizar acciones concretas en posibles cambios, como también en la creación de futuros proyectos. Este deseo por ser partícipes de las acciones que realizamos y que articulamos se llama participación. Y comienza a tomar importancia en las escuelas ya que los agentes protagónicos para desarrollar la participación son los estudiantes, los profesores, la familia y la sociedad en general.


La participación escolar tiene como objetivos principales:

  • Implicar a toda la comunidad que quiere participar activamente en las diferentes fases de las actividades que se realizan.
  • Favorecer los mecanismos de motivación y reconocimiento de la comunidad, en este caso la comunidad escolar.
  • Desarrollar la vida asociativa de la comunidad que participa voluntariamente.
  • Conseguir que la comunidad que participa voluntariamente se sienta parte de la institución y contribuya al desarrollo y fortalecimiento.

La participación es un derecho y es también una habilidad que se aprende a lo largo de la vida pero se inicia públicamente en la escuela.” Solo participando se aprende a participar”. Es así que la valoración de lo democrático en las escuelas y liceos no es sólo un conjunto de conocimientos que se puedan expresar en un marco curricular, sino que también en una forma de vivir y construir comunidad educativa.



[1]  Anexo N°1 Resume Ejecutivo de la Política de Convivencia Escolar, Aprender a vivir juntos.2006.
[2] www,.repuentes.or/documento: El Concepto de Ciudadanía según Betinho, 2005.
[3] Manual de apoyo para fortalecimiento, la asesoría de los centros de alumnos y alumnas. Ministerio de Educación. Primera edición 2006.
[4] Manual de apoyo para fortalecimiento, la asesoría de los centros de alumnos y alumnas. Ministerio de Educación. Primera edición 2006
[5] Manual de apoyo para fortalecimiento, la asesoría de los centros de alumnos y alumnas. Ministerio de Educación. Primera edición 2006
[6] Pratt Fairchild, Henry; Diccionario de Sociología. Editorial Fondo de Cultura Económica, México 1997.
[7] Greco,Orlando; Diccionario de Sociología. Editorial Valletta, 2003.