miércoles, 20 de agosto de 2014

Prevención del delito con desarrollo y participación social.


Una visión más amplia, a la base de la estructura del agravamiento del conflicto social y el delito se encuentran como lo hemos demostrado en varias ocasiones, en la imposición de un modelo que reduce las obligaciones del Estado ante la sociedad, incrementa la desigualdad entre los seres humanos y eleva el nivel de vida frente a la pérdida de la capacidad adquisitiva mínima del ciudadano. 

Se ha comprobado que las tasas de criminalidad son más elevadas en las sociedades donde la riqueza es repartida de forma desigual y donde existen sentimientos de privación y frustración (Irwin Waller. Prevención del delito: La nueva esperanza de las políticas de urbanismo. 1997) 



Entre las causas de este fenómeno estan; el crecimiento demográfico, la falta de planificación y ordenamiento en la creación de asentamientos humanos, la pérdida de la autonomía alimentaria frente a la cultura del consumismo brutal, y la inequidad de la justicia.Lo que lleva a una elevada necesidad de seguridad y demanda de justicia equitativa,


La necesidad social actual se perfila en dirección de solucionar los conflictos por la vía del entendimiento y la justicia, en función de prevenir la comisión de delitos. Para ello es necesario rediseñar las politicas públicas se seguridad y en función de estos objetivos, dándole el carácter de “servicio público”, lo que la obliga a proteger los derechos humanos y civiles de los ciudadanos. 

Las desigualdades sociales, la pobreza extrema y la marginación, constituyen el escenario dónde entran en juego la mayoría de los dramas familiares, de la escuela y la vecindad. Un joven que ha sido abandonado por su familia, sin entrega de valores y principios sociales, sumado a posibles problemas escolares, puede caer en hechos delictuales.

Es por esto que la prevención del delito debe reunir a los funcionarios públicos encargados de los servicios fundamentales (trabajo, vivienda y urbanismo, salud, educación, agua, energía, etc.), a la policía y a la justicia para poder enfrentar situaciones que conducen a la delincuencia. Los municipios y las comunidades también ocupan una posición estratégica para influir sobre las causas de la criminalidad, con el apoyo financiero y técnico de otras instancias gubernamentales. Los funcionarios en todos los niveles deben estar comprometidos con las políticas y programas contra la delincuencia urbana.

Ergo, las municipalidades con el soporte decidido del Gobierno pasan a ser un engranaje fundamental, pueden demostrar sus capacidades intrínsecas, pues las autoridades municipales deben estar más cerca del ciudadano y pueden comprender mejor las necesidades locales, para adaptar los programas nacionales o regionales, con personas idóneas y competentes, obteniendo el apoyo de la ciudadanía.


Sin este compromiso verdadero, generando confianza y participación de la comunidad, la calidad de vida de nuestros ciudadanos puede ganarse la lucha a la delincuencia.

miércoles, 9 de julio de 2014

Conceptualización de Educación




La educación sin duda es un pilar fundamental para el desarrollo nacional. Cumpliendo esta un rol significativo en la proyección de la sociedad. Dado que la educación es el proceso de formación para la vida social, como proceso de socialización de los individuos, mediante la cual se transmiten conocimientos, valores y costumbres. Por esto es que se dio a conocer el concepto de educación de acuerdo a Durkheim 1976, Freire1971, Bourdieu, 1964, Juan Eduardo Gracia Huidobro 1989 y una visión de la UNESCO 1974. Constándose en estos autores y este organismo no gubernamental, que no existe consenso en la conceptualización de este tema. Puesto que involucra distintas características. Determinadas por factores sociales, históricos y políticos.
Se comenzará definiendo la educación de acuerdo a  Durkheim (1976). Quien dice que la educación homogeniza a la sociedad. Se refiere a la educación tomándola como una “cosa”, no como un ideal o como lo que debería ser sino como lo que es. Un hecho social, un conjunto de prácticas sociales y de instituciones sociales. Mencionando que el hombre no es resultado de un proceso de extracción sino de producción del mismo. Es decir es la sociedad quien lo produce por medio de la educación, siendo esta la que debe crear al hombre, como menciona Durkheim “humanizar al hombre”. De esta manera el sistema educativo es un instrumento de dominación de las almas. Siendo la escuela una institución de poder que impone la legitimidad de la forma de vida y cultura determinante de los individuos. Teniendo como función el desarrollo de capacidades y habilidades que necesita la sociedad y no como el desarrollo de las habilidades de cada individuo. Trayendo consigo una socialización diferenciada entre los individuos. Por la división del trabajo que lleva a la desigualdad de los individuos.

En el libro “Educación y sociología”. Durkheim  define la educación como sinónimo de humanización. El hombre no nace, se hace, es producto de una sociedad en un espacio y en un tiempo determinado. Es decir, la educación es la acción ejercida por generaciones adultas, sobre aquellos que no han alcanzado todavía el grado de madurez necesaria para la vida social. Tiene como objeto suscitar y desarrollar en el niño, un cierto número de estados físicos, intelectuales y morales, que exigen de él, tanto la sociedad política en conjunto, como el medio ambiente específico, al que especialmente está sometido"  (Durkheim, 1990.pag, 70).

Como se decía anteriormente, es la sociedad quien construye al hombre. Por lo tanto podemos decir que los hombres, bajo ciertas condiciones se hacen a sí mismos. Construyendo sus diversas naturalezas independiente de la voluntad de los individuos. La educación no es más que el medio a través del cual la sociedad prepara en el espíritu de los niños las condiciones esenciales de su propia existencia, siendo uno de los principales objetivos de toda enseñanza dar a los niños una idea de lo que es el hombre. Por lo tanto, la educación es una función social solidaria con otras funciones que debe preparar al niño para ocupar su puesto en la sociedad, para desempeñar un papel útil en la vida. Modelando constantemente la mente de los individuos que la componen y su función consiste en la inculcación de una determinada visión de la realidad. Aludiendo la noción de conciencia colectiva, en que la sociedad está formada por individuos, que se mantienen unidos porque tienen valores, reglas en común que son  transmitidos por la escuela.

Es decir, la educación no es simple comunicación interindividual. Sino imposición, coerción, dominación intelectual, moral y física. Las relaciones educativas son siempre relaciones de autoridad y de poder, en medida de dominación. Por lo tanto, el proceso educativo, consiste en la producción de un complejo de hábitos mentales, mediante una socialización metódica diferencial. En donde se desprende  que dentro de los sujetos  existen dos seres distintos pero que a la vez son inseparables, por un lado el ser individual sería uno de ellos y estaría compuesto por nuestros estados mentales, nosotros mismos y por otra parte encontraríamos al otro ser. Compuesto por un sistema de ideas, sentimientos y costumbres que implica en nosotros no nuestra personalidad, sino el grupo o los grupos a los que formamos parte. Estos serian nuestras creencias religiosa, opiniones, a este ser, al que llamaríamos ser social y la creación de este ser es lo que la educación tiene como fin. Durkheim (1990).


martes, 27 de mayo de 2014

Adolescencia y Juventud: Concepto o definición de Adolescencia y Juventud


Los conceptos de adolescencia y juventud corresponden a una construcción social, histórica, cultural y relacional, que a través de las diferentes épocas y procesos históricos y sociales han ido adquiriendo denotaciones y delimitaciones diferentes, tales como:
 Para Marques (1998), todos somos muy jóvenes para algunas cosas y al mismo tiempo demasiado viejos para otras. Es decir, no se trata de negar la realidad que conforman los jóvenes, ni tampoco la etapa que constituye del individuo, intermedia entre la niñez y la edad adulta, debido que  en el diario vivir nos encontramos con jóvenes  en todo momento y  lugar.
Es así como la adolescencia ha sido vivida de diferentes maneras, según la clase social y la condición de género. La adolescencia no puede definirse estrictamente según la edad pero hace referencia a un proceso durante el cual el sujeto va conformando la identidad personal y social, adquiriendo autonomía y desarrollando los roles sexuales, laborales y sociales.

Para las ciencias sociales, no hay un  modo único de ser adolescente sino más bien identidades diversas que se detiene a partir de relaciones sociales con los adultos y con otros grupos de adolescentes en contextos concretos, que deben ser también descritos y analizados pues en su seno adquieren sentido las prácticas de los jóvenes, incluidas las prácticas sexuales.

Esta idea se expresa en el concepto de adolescencia, el cual comenzó a tomar forma hace no s de dos siglos y está estrechamente vinculado con la emergencia de la noción moderna de “individuo”.

En los últimos dos siglos, la concepción cultural de la juventud pasó de una en que la caracterización psicológica no jugaba un papel importante en la definición, pues el crecimiento y desarrollo físico eran los elementos centrales para su integración activa en el mundo económico (Foucault, 1996). A otra en que se define al joven como “adolescente” sujeto vulnerable que requiere una prolongada supervisión adulta (Fábrega y Miller, 1998:884).
En el siglo XVIII la adolescencia fue un fenómeno que se restringió a unos cuantos jóvenes varones de clases urbanas acomodadas, y se generalizó con la extensión y gradación de la escolaridad en las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX (Aries, 1962).
Para esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS), define como adolescencia "a la etapa de la vida en la cual el individuo adquiere la capacidad reproductiva, transita los patrones psicológicos de la niñez a la adultez y consolida la independencia económica"; considera que se inicia a los 10 años y culmina a los 19 años de edad aproximadamente .

En tanto la juventud debido a su uso generalizado ha adquirido diferentes significados. Dependiendo de la cultura donde se adscriba sirve para designar  estados de ánimo, como para calificar lo novedoso y lo actual, por esto Jethro Tull dice que se es “muy viejo para rocanrrolear, muy joven para morir”. La juventud no es un don que se pierde con el tiempo, sino una condición social con cualidades específicas que se manifiestan de diferente manera, según las características históricas sociales de cada individuo.

La edad es otro criterio que causa confusión. Muchos pretenden definir la juventud por rangos de edad. Pero se deben agregar a ellas otras  variables como: la clase social, el género, la región y desde luego, el momento histórico. Ya que la juventud no tiene la misma duración en el campo que en la ciudad, en las clases altas que en los sectores marginados, en las sociedades modernas que en las tradicionales. Debido que la juventud es un producto social. El cual debemos diferenciar de su condicionante biológico, por lo tanto la juventud se encuentra delimitada por dos procesos, uno biológico y otro social. El biológico sirve para establecer su diferenciación con el niño y el social su diferenciación con el adulto.

La diferenciación del joven con el niño se da en el plano biológico ya que a partir de la maduración el joven se encuentra en condiciones fisiológicas óptimas para la procreación y la diferenciación con el adulto se da en el plano de lo social. En la medida en que el joven se encuentra en su proceso de inserción en la sociedad y aunque este apto para reproducir, todavía no se incorpora plenamente en los procesos de reproducción de la sociedad.

Asimismo la juventud, resulta ser un proceso de inculcación que transforma al ser humano maduro fisiológicamente en el agente social competente. Implica además someter al joven a un proceso de adquisición de habilidades suficientes para incorporarse a la sociedad como un ente productivo. Es decir un sujeto que adquiere normas que permiten la cohesión social. De esta forma Bourdieu se refiere al establecer que “la juventud y la vejez no están  dadas, sino que se construyen socialmente en la lucha entre jóvenes y viejos”. Y además por el lugar que este ocupa dentro de la estructura generacional de la sociedad y la condición juvenil resulta ser un status sometido a la subordinación. (Bourdieu, 1990, pág. 164).

Para  Bourdieu, la juventud “no sería más que una palabra”. Es decir, una creación social para definir un período etario que debiera cumplir, en nuestra época, con ciertas expectativas. Pero que no siempre ha sido tratado como un actor social tematizable.

Es decir, es en la juventud cuando más posibilidades hay de romper la cadena de la reproducción social. Ya que la juventud es el eslabón más débil en la cadena. Es en esta etapa cuando las posibilidades de aparición de conflicto entre las generaciones persistentes dependerán de las condiciones reales de traspasas la experiencia de los adultos. Por lo tanto, mientras el sistema social sea más reaccionario, cerrado y tradicional, generará más contradicción para la participación juvenil.

Adquiriendo más relevancia social en el momento en que su conducta difiere de manera masiva y singular del resto de la sociedad. Pero a medida que la sociedad se desarrolla, esta imagen se diferencia cada vez más de la sociedad y se está diversificando. Es decir que está abarcando a un mayor número de jóvenes distribuidos en todos los sectores de la sociedad.

Puesto que, antiguamente la imagen de juventud se restringía a los estudiantes, a las zona urbanas, clase media y además a los varones. Ahora es más frecuente encontrar comportamientos diferenciados de los jóvenes en distintos grupos sociales. Como por los procesos de globalización y la expansión de los medios de difusión ha extendido la imagen de juventud a casi todos los sectores sociales. Ahora la imagen de esa juventud ha pasado a ser considerada como la esperanza del futuro para las próximas generaciones que vendrán. Pero a la vez esto también pasa a ser considerada como un producto de la crisis y de la emergencia de sectores más marginados asociando su comportamiento con  la delincuencia.

La juventud aparece, en consecuencia, revelada como paradoja. Mientras por una parte se reconoce a los jóvenes como portadores de la esperanza (futuro) por otra se les identifica como problema (presente) (Touraine, 1996). No obstante, ambos modelos, construidos desde la adultez, tienden a situar a los jóvenes en la lógica del disciplinamiento. La dicotomía entre lo esperado y lo penalizado, en el marco de las lógicas de reproducción social que el sistema hegemónico le plantea a los sujetos.