domingo, 30 de septiembre de 2012

Los valores desde la teoría socilógica.




¿Qué son los valores?

Los valores son un tema que cada día  toma mayor relevancia y centralidad, y al mismo tiempo, también hay una infinidad de posturas y formas de cómo entenderlos. Desde esta perspectiva, todos los seres humanos aprecian, estiman, desean obtener, recomiendan o proponen como ideales ciertos valores. Las ideas, las emociones, los actos, las actitudes, las instituciones y las cosas materiales pueden poseer cierta cualidad en virtud de la cual ellas son apreciadas, deseadas o recomendadas (Sandoval, 2007). Desde una perspectiva sociocultural, lo que normalmente se entiende por valores corresponde a modelos culturales de ciertos grandes principios morales de conducta, lo que lleva a ser aceptados por unos o rechazado por otros (San Martín, 1999). Según este autor, los valores se generan lentamente en las constantes interacciones de los sujetos a lo largo de la historia social, nacen del producto de cambios y transformaciones, y la forma como se transmiten es a través de la ejemplificación de ellos en las conductas de los sujetos, es decir, los valores se encarnan en las conductas y en las  practicas de conductas y acciones  de los sujetos. Según Guy Rocher señala que los valores ‘son maneras de ser o de obrar que una persona o una colectividad juzgan ideal y que hace deseables o estimables a los seres o a las conductas a los que se atribuye dicho valor’ (Rocher, 1977).

Giddens (2001) señala  el hecho de que los valores corresponde al plano de las ideas, de los principios, pero al mismo tiempo tienen un vínculo claro con las normas y la conducta desde el momento en que comandan o reglan las conductas, prescribiendo un camino de acción ; ‘los valores son ideas que definen lo que se considera como valioso o deseable. Los valores dan significado y orientación a los seres humanos cuando interactúan con el mundo social.

Sandoval (2007) establece que los valores poseen estas características:

a) Los valores inspiran los juicios de valor y las normas de conductas.

Los valores inspiran las normas, ya que son modelos de conducta, son reglas que establecen las formas ser, pensar y sentir apropiadas para las diversas situaciones. Como reglas las normas poseen un poder coercitivo en los sujetos, el cual no se basa solo en la sanción que se recibe de acuerdo a las conductas y acciones que se realice, sino que el poder coercitivo de las normas descansa en la adhesión a los valores que están orientando dichas acciones. Los valores trascienden el plano concreto; dan sentido y significado a la vida humana y a la sociedad.

b) Relatividad

Los valores cambian con las necesidades y experiencias de las personas, varían de una sociedad a otra, de una cultura a otra, algunos  son más permanentes en el tiempo que otros Lo que implica que se debe considerar el contexto para analizar los valores, es decir, las características de la sociedad y cultura.  Durkheim señala que las personas podrá percibir en ellas "valores objetivos" que en realidades serán "valores colectivos" de la comunidad en cuestión. estos valores colectivos tendrán  las personas la misma objetividad que los datos concretos de un objeto y variaran no ya a nivel del individuo sino a nivel de la colectividad a la que pertenece.(Steiner, 2003). De esta manera logra explicar así la existencia de valores objetivos que perciben en las personas y cosas y que son embargo no reflejan las propiedades de las mismas, ya que estos valores objetivos varían de sociedad en sociedad y a través de la historia.

c) Carga afectiva

La adhesión a un valor nace, de una mezcla de razonamiento y de intuición espontánea y directa.

Los valores poseen una carga afectiva, es decir, contienen una emoción, la cual reúne, da forma e imagen, otorga unidad como vivencia a los componentes ideales del valor, lo que  explicaría en parte la estabilidad de los valores a lo largo del tiempo y la resistencia con la que se cruza  al intentar cambiarlos en el seno de una sociedad.

d) Los valores poseen un rasgo jerárquico

Hay valores que son considerados superiores (dignidad, libertad) y otros como inferiores (los relacionados con las necesidades básicas o vitales), es decir hay una escala, conforme a ello una persona o colectividad aprecia o estima a los ideales que se adhieren. Las jerarquías de valores no son rígidas ni predeterminadas; se van construyendo progresivamente a lo largo de la vida de cada persona.

Habitualmente se habla de escala de valores para designar el orden jerárquico conforme al
cual una persona o una colectividad aprecia o estima los ideales a los que se adhiere. De modo que en una sociedad hay un conjunto de valores dominantes y otros que varían. Sus decisiones también hablan de los modelos o representaciones que tienen acerca de cómo es la visión que tienen del mundo, su ideal de la vida, como es o debe ser el hombre, su naturaleza, su destino. (Rocher, 1977; p.78).

Con respecto a lo anterior Durkheim nos entrega su concepto de "Sistema de valores" en dos sentidos diferentes. El primer sentido corresponderá al "Sistema de Ideales" o "Axiomas de Valor" que es fuente de las valoraciones objetivas, los cual está contenida en cada persona, es exterior, ya que se ve representada en las otras personas o está contenida en libros, pero a la vez también podemos tener un segundo sentido para el concepto de "Sistema de Valores" y que corresponde cuando a los objetos se les atribuye valores objetivos. Entonces al tener un sistema de ideales una estructura sistemática y al deducirse de ellos los valores asignables a cualquier objeto que se presente en la vida de una persona, es de esperar que los valores de los objetos tengan una cerita coherencia entre sí y la existencia de esta coherencia es lo que forma un "Sistema de valores".


2.4.1. ¿ Cómo se reproducen y transmiten los valores?.

Todas las sociedades interioriza a  los sujetos miembros; toda la información y el conocimiento, así la socialización es el mecanismo por el cual se transmite e inculca a las nuevas generaciones los símbolos, las normas sociales, los valores, los roles sociales, las tradiciones. De modo que desde el punto de vista del conjunto de la sociedad, la socialización es el proceso de transmisión cultural de una generación a otra.

Para entender los procesos de construcción del sujeto y el desarrollo y conformación de los valores acudimos a la teoría de George Mead (1934), en especial a los conceptos de  Self, el Yo y el Mi.

El concepto del self es una dimensión de la personalidad conformada por la conciencia y la imagen que de sí mismo tiene el sujeto de acuerdo a la cual se orienta en su actuar y comportamiento, por ende el self no puede existir fuera o al margen de la sociedad, ya que el self nace y se desarrolla a partir de la experiencia social, a la que define como el intercambio simbólico, de tal modo que el ser humano puede crear significados a través del lenguaje, ya sea verbal o gestual, y las personas comprenden el significado a través de las acciones de otros individuos infiriendo la intencionalidad que hay detrás de esas acciones. (Mead, 1934).

El self está formado del yo y el mi. El yo lo define como el sujeto que tiene la capacidad de actuar espontáneamente y de acuerdo a la voluntad propia, en tanto el  mí es el componente que nos permite mirarnos y proyectarnos a través de la mirada de otros. Por lo tanto que sin el mi y el yo, no se podría desarrollar el self.

Entonces  para  Mead el proceso de la socialización está en constante construcción a lo largo de la vida.

Los agentes de socialización  que tienen mayor importancia son: la familia, la escuela, el grupo de pares y los medios de comunicación.

a) La familia.

La familia es el agente de socialización más importante porque los primeros años de la vida
de una persona giran en torno del núcleo familiar, los que tiene por fin ser garantes de la sobrevivencia del niño. Es en la familia donde se transmite una serie de valores, normas, criterios de distinción, tradiciones culturales.

b) La Escuela.

La Escuela es la fuente que tiene los niños para visualizar la vida social, ya que  al entrar en contacto con distintas  personas, el niño aprende a valorar la importancia que se le da en la sociedad al: género, a las diferentes etnias, entre otras, y comienza a actuar de acuerdo a esas valoraciones, aprende a actuar de acuerdo a reglas formales y rígidas que serán necesarios para su posterior inserción en la sociedad.

c) El grupo de pares.

El grupo de pares es un grupo social compuesto por personas que tienen más o menos la misma edad y posición e intereses similares.

d) Los Medios de Comunicación.

Los medios de comunicación de masa son capaces de transmitir información de forma simultánea a un gran número de sujetos, como fruto del tremendo avance de las tecnologías de la información y comunicación (TIC’S). Hoy tiene un rol fundamental como forjadores, ya que son instrumentos sociales de difusión y control de la información y opinión, y por lo tanto, han ido adquiriendo relevancia como medio de transmisión cultural de los valores dominantes, así como también son los instrumentos educativos para conocer la realidad social y analizarla críticamente (Buxarrais, 1998, Citado por Guzmán, 2002).

Con respecto al proceso de socialización , Pierre Bourdieu (1988) nos los conceptos de habitus y campo permiten entender qué es lo que se transmite en el proceso.

El concepto de habitus se refiere a las estructuras mentales o cognitivas a través de las cuales las personas manejan el mundo social, ya que las personas están dotadas de una serie de esquemas internalizados por medio de los cuales perciben, comprenden, aprecian y evalúan el mundo social. Mediante estos esquemas las personas producen sus prácticas, las perciben y las evalúan (Ritzer, 2002). De acuerdo a Bourdieu el habitus es el resultado de la internalización de las estructuras del mundo social, las que reflejarían las divisiones objetivas en las estructuras de clases, como los grupos de edad, los géneros y las clases sociales.

El habitus se adquiere como resultado de la ocupación duradera de una posición dentro del
mundo social y varía de en función de la naturaleza de la posición que ocupa la persona en ese mundo. Por ende, no todo el mundo posee el mismo habitus, sin embargo, los que ocupan posiciones similares dentro del mundo social suelen tener habitus similares (Ritzer, 2002; p.491).

De lo anterior se desprende que el habitus es un fenómeno colectivo que permite a las personas dar sentido al mundo social, se va creando y recreando a través de la historia individual y del momento particular de la historia social donde ocurre. El habitus es una estructura que estructura el mundo social, pero al mismo tiempo es estructurada por este, ya que el ser humano es un creador, que también crea, modifica y transforma la estructura.

Otro punto importante del habitus, es que las personas (o los agentes como los llama Bourdieu) no son conscientes del habitus que poseen y de su funcionamiento, ya que el habitus actúa por ‘debajo del nivel de la conciencia y el lenguaje, y más allá del alcance del escrutinio introspectivo y del control de la voluntad’ (Bourdieu, citado por Ritzer, 2002; p. 495).

Bourdieu, concibe el mundo social como un campo que sería  una red de relaciones entre las posiciones objetivas que hay en él. Estas relaciones existen separadas de la conciencia y de la voluntad colectiva. (Bourdieu y Vacquant, 1992; p.97, citado por Ritzer, 2002; p.495). El campo posee una estructura, compuesta de distintas posiciones, en donde hay algunas son las que dominan y las otras son dominadas por éstas. Los ocupantes de dichas posiciones pueden ser agentes o instituciones, los que estarían constreñidos por la estructura del campo.

Los valores propios de una sociedad y de las personas forman parte del habitus de los sujetos miembros de tal sociedad, en donde por un lado, el habitus propio de la posición que dicho sujeto ocupa dentro del campo o mundo social, incorpora los criterios y los esquemas mentales que definen que es valioso y digno de ser respetado y qué no. Según Bourdieu la escuela reproduce las estructura de diferenciación en la sociedad, de modo que conectando el proceso de socialización con los conceptos de Bourdieu, es en este proceso por el cual, los seres humanos van adquiriendo y conformando su habitus, en donde están contenidos los valores, los que considero son parte del núcleo del habitus, de estas estructuras mentales interiorizadas por los individuos, que permiten que uno se desenvuelva en el mundo social.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Finalidad de la formación en Derechos Humanos desde la sociología.


Cuando hablamos de educación en Derechos Humanos no podemos dejar de lado los postulados de Freire contenidos en su propuesta político-pedagógica. Su pensamiento sistematizó las ideas de la educación popular, de educación participativa, de movilización cultural y de liberación de los sectores marginados a través de la acción asociativa. Freire asumió una tendencia liberadora en la educación latinoamericana, con sentido crítico, reconociendo su dimensión política y haciendo de la acción educativa un ámbito de trabajo comunitario, cultural, estratégico para la transformación global de la sociedad. Una pedagogía dialógica como política cultural, “lo que pretende la acción cultural dialógica, no puede ser la desaparición de la dialecticidad permanencia cambio, sino superar las contradicciones antagónicas para que de ahí resulte la liberación de los hombres” (Freire, 1970). De modo que también inaugura una teoría y práctica de la acción social que caracteriza un campo cultural en el que el conocimiento, el lenguaje y el poder se interceptan a fin de producir prácticas históricamente específicas que promuevan e inventen un discurso mediante el cual se desarrollen políticas de la voz y la experiencia que generen cambios a favor de la dignidad y una cultura de respeto a los derechos humanos. Por eso, su proyección se ha dejado sentir, igualmente, en la animación sociocultural, la cultura popular, la organización comunitaria y la educación para la reivindicación de los derechos fundamentales.

En muchos de sus pronunciamientos aseguraba que no bastaba el cambio de las estructuras, sino que era preciso un cambio a nivel de personas y comunidades locales, de ahí, que coloque a los hombres y mujeres que actúan, que piensan, sueñan, hablan, dudan, odian, crean, conocen e ignoran, se afirman y se niegan en el centro de todas sus preocupaciones como educador. Asegura que no es posible entender a los sujetos ni al sí mismo exclusivamente desde las categorías de clase, género, raza sino que, además, es indispensable pensarles nos desde las experiencias sociales, las creencias, opciones políticas, las esperanzas construidas porque las personas son tanto lo que heredan como lo que adquieren (Freire, 1996). Asume que las personas son sujetos histórico-sociales y por ello, experimentan continuamente la tensión de estar siendo para poder ser y de estar siendo lo que heredan y lo que adquieren. Esto significa que como personas, somos seres inconclusos, programados para buscar y aprender-enseñar.

Este proceso de formación forma parte de la existencia humana de la cual también es parte la invención, el lenguaje, el amor, el odio, el miedo, el deseo, la esperanza, la fe y la duda. Por eso, asegura que no se puede ser humano y no estar implicado en una práctica educativa. Fue precisamente porque nos volvimos capaces de decir el mundo, en la medida en que lo transformábamos en lo que reinventábamos por lo que terminábamos por volvernos enseñantes y aprendices, sujetos de una práctica que se ha vuelto política, gnoseológica, estética y ética (Freire, 1996).

La Educación en Derechos Humanos, por naturaleza, debe proporcionar a los estudiantes poder y control sobre su propio aprendizaje. Bajo esta perspectiva, la Educación en Derechos Humanos adopta distintas iniciativas pedagógicas que han sido usadas en la enseñanza, como por ejemplo : el aprendizaje auto-regulado; la elección de temas por parte del estudiante; el diseño de aprendizaje por parte del estudiante; el aprendizaje orientado por los propios estudiantes, en el cual los estudiantes se ayudan unos a otros a aprender; el trabajo en pequeños grupos para promover el aprendizaje igualitario y auto-suficiente (grupos de estudio, grupos de discusión, grupos de concientización y grupos de investigación comunitaria). (Magendzo, 2000).

Tanto la Pedagogía Crítica como la Educación en Derechos Humanos se orientan a empoderar a las personas para que sean sujetos de derechos que es alguien con el conocimiento básico de los derechos humanos fundamentales y que los aplica en la promoción y defensa de sus derechos y de los derechos de los demás, está familiarizado con la Declaración Universal de Derechos Humanos y con algunas de las resoluciones, pactos, convenciones y declaraciones, nacionales e internacionales, relacionadas con los derechos humanos. Por lo tanto se convierte en un paladín de estos derechos como  a la  vez en un consumidor positivo. Este sujeto de derechos también tiene conocimiento básico de las instituciones que protegen derechos, especialmente las de su propia comunidad, a las cuales puede recurrir cuando se violan sus derechos.

Desde esta perspectiva, la Educación en Derechos Humanos debe ser considerada como una educación ética y política, debe ser parte integral de la democratización de las sociedades y que el respeto y ejercicio efectivo de los derechos humanos no pertenece solamente a la dimensión política de la democracia sino también a las dimensiones económica, social y cultural que apuntan a comprender los valores de las personas y los usos de sus significados en vez de descubrir la verdad.

Según Jorge Osorio (1995):

  • “La educación en derechos humanos es una acción cultural necesaria para conservar en nuestros países la capacidad ética de conocer y comprender sus historias recientes. Debe ser un proyecto educativo orientado a la creación de condiciones culturales y simbólicas que nos acerquen al ideal de que “nunca más” se produzcan violaciones sistemáticas de los derechos humanos como las que vivimos en el pasado. Debe entenderse la pedagogía de la memoria, no sólo como una fuente de recordatorios sino como una pedagógica propositiva en el orden de los valores. dirigida a construir personalidades que asuman los valores y actitudes necesarios para hacer de los derechos humanos un horizonte ético transitable”. La educación en derechos humanos debe desarrollarse en la perspectiva de asumir los nuevos requerimientos culturales y ciudadanos de la época post autoritaria.

  • Debe presentarse como una búsqueda argumentada de nuevos sentidos para la política, que coloque de relieve valores como la solidaridad la tolerancia, la participación ciudadana (...) Debe entenderse como una temática cuya razón de ser está en contribuir a la construcción de una ética civil que vertebre y otorgue sentido a la reconstrucción de la política democrática.

  • “La educación en derechos humanos debe plantearse como una orientación pedagógica comprensiva y crítica, capaz de desarrollar en los diversos ámbitos sociales del aprendizaje capacidades de juicio crítico, de deliberación creativa, de resolución pacífica de conflictos, de tolerancia, de no discriminación, de participación ciudadana, desarrollando competencias ciudadanas que permitan a los jóvenes un pleno ejercicio de sus derechos individuales y colectivos de ciudadanía.”

La educación en derechos humanos no es transmisora de deberes y normas externas, nuestro desafío es desarrollar una educación en valores que sea capaz de posibilitar la deliberación, a partir de situaciones problemáticas controvertidas para los alumnos, que serán el contexto en los cuales éstos relacionarán lo valórico general con las actitudes y acciones particulares.

Finalmente la educación y los establecimientos educacionales no sólo son fuentes de transmisión de conocimientos, sino que también de desarrollo y ampliación de las capacidades de los niños, niñas y jóvenes que interactúan dentro de un sistema social determinado; donde se relacionan  con otros y a la vez desarrollan sus propias capacidades a través de la interacción, logrando adquirir valores, derechos y responsabilidades que practicaran en el futuro cercano.


lunes, 24 de septiembre de 2012

Educación y sociedad, desde la óptica sociológica




La educación ha sido y será el pilar que permita construir las bases necesarias para el crecimiento permanente y constante de una sociedad, no como una vía única de mejoras al statu quo, pero sí como un elemento preponderante que permita al sujeto o al actor de una sociedad participar de esta, bajo las condiciones necesarias para adquirir competencias y habilidades que le permitan desenvolverse en su espacio inmediato de la mejor forma y manera posible.

La educación también, es vista como un “proceso de vinculación y conceptualización cultural, moral y conductual. Así, entonces a través de la educación las nuevas generaciones asimilan, adquieren y aprenden los conocimientos, normas de conducta, modos de ser y formas de ver el mundo de generaciones anteriores, creando además otros nuevos” (Donoso, 2005).

A través de la historia filosófica y sociológica teórica se elaborado un cúmulo de ideas acerca de temas con respecto a  la educación, pero a la vez han abreviado u olvidado a los demoninados “sociólogos clásicos” ya que sin duda lo que ellos pensaron y elaboraron en acerca y durante de la sociedad que les tocó vivir, estos razonamientos aun pueden aplicarse a nuestros tiempos, ya que sus aportes pueden sernos de gran utilidad, pero a la vez tienes que ser revisados y recuperados críticamente.

Según Durkheim el carácter socializador de la educación es una función integradora de los distintos sectores sociales, que la práctica educativa no se limita a perfeccionar una naturaleza preexistente, ya que no hay naturaleza que preexista en el hombre, la práctica educativa debe crear al hombre o como menciona él humanizar al hombre. Al nacer el hombre, según él, no es hombre, sino que pasa a serlo por la Sociedad. Al ser egoísta que acaba de nacer necesariamente y por las vías más rápidas la Sociedad, debe superponerle otro ser, capaz de llevar una vida moral y social, debe crear un ser nuevo.

En Durkheim la educación es sinónimo de humanización, el hombre no nace, se hace, es producto de una sociedad en un espacio y en un tiempo determinado.(Durkheim, 1973).

Por medio de la socialización reprime los instintos animales egoístas para acatar una cultura o sea sistemas de reglas en los que se apoyan las distintas sociedades, de esta forma adquiere un pensamiento y un ethos, es decir hábitos mentales y prácticos, una concepción del mundo y de la realidad, una forma de vida y una moral concreta. (Durkheim, 1973).

“La educación no es  más que el mecanismo a través del cual (la sociedad) prepara en el espíritu de los niños las condiciones esenciales de su propia existencia (...). La educación es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre aquellas que no han alcanzado todavía el grado de madurez necesario para la vida social. Tiene por objeto el suscitar y el desarrollar en el niño un cierto número de estados físicos, intelectuales y morales que exigen de él tanto la sociedad política en su conjunto como el medio ambiente específico al que está especialmente destinado”. (Lukes, 1984).

El hombre solo existe en sociedad, crea su individualidad y su conciencia de identidad. “Los hombres se producen a sí mismo” (Durkheim, 1973). En síntesis como no existe aislado tampoco es posible que después de existir pueda entenderse aislado.

La educación consiste en una socialización metódica de la joven generación, de esto desprende el autor la idea de la existencia de dos seres en cada persona, distintos pero inseparables a la vez, solo se separan para su análisis.

Durkheim constató  una de las más importantes desde su perspectiva, es que el Estado es el origen y garante de los derechos y libertades de los individuos. El Estado es el único que puede prevenir el particularismo colectivo, ya que tiene pon objeto el representar a la sociedad en su conjunto, frente a las colectividades particulares. A la vez, el conflicto entre el Estado y los grupos que conforman la sociedad civil, es la condición indispensable de la emancipación individual. Para Durkheim, del conflicto entre las fuerzas sociales, es donde pueden nacer las libertades individuales.

Las ideas de Durkheim hacen referencia a una sociedad que lucha por construir ámbitos de cooperación y respecto en interlocución entre diversos sectores sociales y el Estado, y en ese sentido, podemos utilizarlas.

Sin embargo Durkheim se aleja de las definiciones de la educación, pues la considera idealizaciones vanas y además que elevarían a la educación a un patrón estandarizado y universalizable (Morales, 2009) es acá donde encontramos un punto de encuentro con entre Durkheim y Bourdieu, para quien la acción educativa es una acción de violencia simbólica puesto que trata de hacer pasar una forma particular de pensar, de hacer y de actuar por una forma universal en un mundo indefinido.

Todo poder de violencia simbólica, o sea, todo poder que logra imponer significaciones e imponerlas como legítimas disimulando las relaciones de fuerza en que se funda su propia fuerza, añade su fuerza propia, es decir, propiamente simbólica, a esas relaciones de fuerza (Bourdieu-Passeron, 1996).

Bourdieu sostiene que en las formas sociales, la arbitrariedad cultural sostiene las relaciones de fuerza entre las clases sociales que constituyen una sociedad particular, a la vez que reproduce la desigualdad en la distribución del capital cultural

De lo expuesto anteriormente se desprende que la imposición cultural se realiza sutilmente, el dominado no la percibe así, sino como una cultura objetiva que debe esforzarse para lograrla.

A pesar de la cercanía entre Durkheim y Bourdieu sobre la arbitrariedad de la educación, el primero sostiene que la educación no pretende en ningún caso, disminuir y desnaturalizar al individuo en sus potencialidades creadoras, sino que el fin de la educación es convertir el individuo en un ser nuevo, de egoísta social, a moral - social, por lo que llega a definir a la educación como: "...la acción ejercida por las generaciones adultas sobre aquellas que no han alcanzado todavía el grado de madurez necesario para la vida social. Mientras que Bourdieu entiende la educación más como un proceso de reproducción del orden social, y de las relaciones de fuerzas entre las clases que conforman la sociedad. (Bourdieu-Passeron, 1996).

Podemos apreciar que en Durkheim la educación  adolece a un proyecto político de preservar lo mejor de la cultura que la sociedad ha acumulado, y transmitido a las nuevas generaciones, mientras que en Bourdieu la educación  es una reproductora de desigualdad en la distribución del capital cultural