lunes, 24 de septiembre de 2012

Educación y sociedad, desde la óptica sociológica




La educación ha sido y será el pilar que permita construir las bases necesarias para el crecimiento permanente y constante de una sociedad, no como una vía única de mejoras al statu quo, pero sí como un elemento preponderante que permita al sujeto o al actor de una sociedad participar de esta, bajo las condiciones necesarias para adquirir competencias y habilidades que le permitan desenvolverse en su espacio inmediato de la mejor forma y manera posible.

La educación también, es vista como un “proceso de vinculación y conceptualización cultural, moral y conductual. Así, entonces a través de la educación las nuevas generaciones asimilan, adquieren y aprenden los conocimientos, normas de conducta, modos de ser y formas de ver el mundo de generaciones anteriores, creando además otros nuevos” (Donoso, 2005).

A través de la historia filosófica y sociológica teórica se elaborado un cúmulo de ideas acerca de temas con respecto a  la educación, pero a la vez han abreviado u olvidado a los demoninados “sociólogos clásicos” ya que sin duda lo que ellos pensaron y elaboraron en acerca y durante de la sociedad que les tocó vivir, estos razonamientos aun pueden aplicarse a nuestros tiempos, ya que sus aportes pueden sernos de gran utilidad, pero a la vez tienes que ser revisados y recuperados críticamente.

Según Durkheim el carácter socializador de la educación es una función integradora de los distintos sectores sociales, que la práctica educativa no se limita a perfeccionar una naturaleza preexistente, ya que no hay naturaleza que preexista en el hombre, la práctica educativa debe crear al hombre o como menciona él humanizar al hombre. Al nacer el hombre, según él, no es hombre, sino que pasa a serlo por la Sociedad. Al ser egoísta que acaba de nacer necesariamente y por las vías más rápidas la Sociedad, debe superponerle otro ser, capaz de llevar una vida moral y social, debe crear un ser nuevo.

En Durkheim la educación es sinónimo de humanización, el hombre no nace, se hace, es producto de una sociedad en un espacio y en un tiempo determinado.(Durkheim, 1973).

Por medio de la socialización reprime los instintos animales egoístas para acatar una cultura o sea sistemas de reglas en los que se apoyan las distintas sociedades, de esta forma adquiere un pensamiento y un ethos, es decir hábitos mentales y prácticos, una concepción del mundo y de la realidad, una forma de vida y una moral concreta. (Durkheim, 1973).

“La educación no es  más que el mecanismo a través del cual (la sociedad) prepara en el espíritu de los niños las condiciones esenciales de su propia existencia (...). La educación es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre aquellas que no han alcanzado todavía el grado de madurez necesario para la vida social. Tiene por objeto el suscitar y el desarrollar en el niño un cierto número de estados físicos, intelectuales y morales que exigen de él tanto la sociedad política en su conjunto como el medio ambiente específico al que está especialmente destinado”. (Lukes, 1984).

El hombre solo existe en sociedad, crea su individualidad y su conciencia de identidad. “Los hombres se producen a sí mismo” (Durkheim, 1973). En síntesis como no existe aislado tampoco es posible que después de existir pueda entenderse aislado.

La educación consiste en una socialización metódica de la joven generación, de esto desprende el autor la idea de la existencia de dos seres en cada persona, distintos pero inseparables a la vez, solo se separan para su análisis.

Durkheim constató  una de las más importantes desde su perspectiva, es que el Estado es el origen y garante de los derechos y libertades de los individuos. El Estado es el único que puede prevenir el particularismo colectivo, ya que tiene pon objeto el representar a la sociedad en su conjunto, frente a las colectividades particulares. A la vez, el conflicto entre el Estado y los grupos que conforman la sociedad civil, es la condición indispensable de la emancipación individual. Para Durkheim, del conflicto entre las fuerzas sociales, es donde pueden nacer las libertades individuales.

Las ideas de Durkheim hacen referencia a una sociedad que lucha por construir ámbitos de cooperación y respecto en interlocución entre diversos sectores sociales y el Estado, y en ese sentido, podemos utilizarlas.

Sin embargo Durkheim se aleja de las definiciones de la educación, pues la considera idealizaciones vanas y además que elevarían a la educación a un patrón estandarizado y universalizable (Morales, 2009) es acá donde encontramos un punto de encuentro con entre Durkheim y Bourdieu, para quien la acción educativa es una acción de violencia simbólica puesto que trata de hacer pasar una forma particular de pensar, de hacer y de actuar por una forma universal en un mundo indefinido.

Todo poder de violencia simbólica, o sea, todo poder que logra imponer significaciones e imponerlas como legítimas disimulando las relaciones de fuerza en que se funda su propia fuerza, añade su fuerza propia, es decir, propiamente simbólica, a esas relaciones de fuerza (Bourdieu-Passeron, 1996).

Bourdieu sostiene que en las formas sociales, la arbitrariedad cultural sostiene las relaciones de fuerza entre las clases sociales que constituyen una sociedad particular, a la vez que reproduce la desigualdad en la distribución del capital cultural

De lo expuesto anteriormente se desprende que la imposición cultural se realiza sutilmente, el dominado no la percibe así, sino como una cultura objetiva que debe esforzarse para lograrla.

A pesar de la cercanía entre Durkheim y Bourdieu sobre la arbitrariedad de la educación, el primero sostiene que la educación no pretende en ningún caso, disminuir y desnaturalizar al individuo en sus potencialidades creadoras, sino que el fin de la educación es convertir el individuo en un ser nuevo, de egoísta social, a moral - social, por lo que llega a definir a la educación como: "...la acción ejercida por las generaciones adultas sobre aquellas que no han alcanzado todavía el grado de madurez necesario para la vida social. Mientras que Bourdieu entiende la educación más como un proceso de reproducción del orden social, y de las relaciones de fuerzas entre las clases que conforman la sociedad. (Bourdieu-Passeron, 1996).

Podemos apreciar que en Durkheim la educación  adolece a un proyecto político de preservar lo mejor de la cultura que la sociedad ha acumulado, y transmitido a las nuevas generaciones, mientras que en Bourdieu la educación  es una reproductora de desigualdad en la distribución del capital cultural

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