Paul Willis es un importante teórico de
la cultura británica. Nació en Wolverhampton y recibió su educación en la
Universidad de Cambridge y en la Universidad de Birmingham. Fue un estudiante
cuando llegó a trabajar a fines de los años 60 al Centro de Estudios de la
Cultura Contemporánea (CCCS), hoy ya desaparecido, pero sigue siendo conocido
en todo el mundo como una de sus voces más sugerentes.
Willis llegó al Centro poco después que éste iniciara
su actividad. Richard Hoggart quien lo había puesto en marcha entre los año
1967-1968. Stuart Hall fue su primer investigador (research fellow),
quien fuel editor de New Left Review; antigua revista marxista de
izquierdas. Stuart Hall consideró que una pequeña institución como la CCCS
podía permitir poner en práctica nuevas formas de trabajar, sobretodo formas
colectivas de trabajar. Allí no había una relación estudiante-profesor en el
sentido tradicional, sino grupos de trabajos. El CCCS era una institución
naciente, pequeña pero fue extremadamente influyente en los años 70 y 80. La
metodología utilizada consistía en conducir, utilizar y liberar a los
estudiantes, lo cual fue muy productiva. La mayoría de libros que se hicieron
entonces no estaban hechos por el profesorado sino por grupos colectivos, a
menudo sin siquiera un profesor, actualmente es co-editor, de la revista Ethnography
(Sage), y ocupa la cátedra de Etnografía Cultural y Social en la
universidad de Keele, en Inglaterra.
Es ahí donde el Autor plantea la producción de una contracultura escolar que es producto de la
creatividad de los actores, de las experiencias vividas en la familia, en el
grupo de iguales y que da significados independientes de la reproducción social
y erosiona la cultura dominante.
El libro que le hizo famoso, Learning to Labour (1977; “Aprendiendo
a trabajar” en la traducción de Akal al castellano, 1978), ilustra
perfectamente lo que es su aportación a los estudios de las culturas juveniles:
la pasión por el pensamiento original, la apuesta por una aproximación
etnográfica como alternativa a los trabajos que únicamente se centran en el
análisis textual o semiótico de los materiales de la cultura popular, y la
ambición teórica de pensar las relaciones culturales teniendo en cuenta a la
vez la importancia de las estructuras sociales y la autonomía de la cultura y
su in-corporación por parte de los individuos. Llevó
a cabo una etnografía de la profundidad de un conjunto de muchachos de clase de
trabajo 'en una ciudad en la región de West Midlands denominado Hammertown,
concretamente entre los chicos de una escuela situada en el centro de esta zona
urbana habitada por unos 60.000 habitantes, característico del periodo de
entreguerras. Se llevó a cabo una serie de entrevistas y observaciones, todo un
trabajo etnográfico, únicamente masculina en una escuela, los tres últimos años
de estancia en la escuela y los primeros años en los que se produce la
inserción en el mundo laboral, con el objetivo de descubrir por qué "niños
de la clase de trabajo obtienen empleos de la clase de trabajo".
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El libro que le hizo famoso, Learning to Labour (1977; “Aprendiendo a trabajar” en la traducción de Akal al castellano, 1978), ilustra perfectamente lo que es su aportación a los estudios de las culturas juveniles: la pasión por el pensamiento original, la apuesta por una aproximación etnográfica como alternativa a los trabajos que únicamente se centran en el análisis textual o semiótico de los materiales de la cultura popular, y la ambición teórica de pensar las relaciones culturales teniendo en cuenta a la vez la importancia de las estructuras sociales y la autonomía de la cultura y su in-corporación por parte de los individuos. Llevó a cabo una etnografía de la profundidad de un conjunto de muchachos de clase de trabajo 'en una ciudad en la región de West Midlands denominado Hammertown, concretamente entre los chicos de una escuela situada en el centro de esta zona urbana habitada por unos 60.000 habitantes, característico del periodo de entreguerras. Se llevó a cabo una serie de entrevistas y observaciones, todo un trabajo etnográfico, únicamente masculina en una escuela, los tres últimos años de estancia en la escuela y los primeros años en los que se produce la inserción en el mundo laboral, con el objetivo de descubrir por qué "niños de la clase de trabajo obtienen empleos de la clase de trabajo".
PRIMERA PARTE
El libro se divide en dos partes; la
primera de corte más etnográfico nos presenta numerosos fragmentos de
entrevistas, grupos de discusión, etc, y en él Willis nos presenta las
características principales de esta escuela. En ella existe una división
palpable entre los alumnos; “los pringaos” y “los colegas”. Los primeros son
los conformistas, los que aceptan en mayor grado las normas e imposiciones de
la escuela, que se corresponden normalmente con la clase media o la burguesía,
los segundos, se corresponden con la clase obrera, son inconformistas, y no
aceptan la autoridad de la escuela o cualquier persona que represente a esta.
El estudio se centra sobre todo en la cosmovisión de estos últimos, e intenta
explicar a partir de su trabajo etnográfico la siguiente hipótesis:
"Son
las propias actitudes inconformistas de los colegas las que les llevan a
reproducir el orden social, y por lo tanto la estructura, de la sociedad
capitalista, condenándose ellos mismos a permanecer dentro de la clase obrera,
sin poder ascender dentro de la sociedad.2
Incluso destaca el autor que existen
ciertos elementos contradictorios, ya que la propia institución escolar parece
apoyar esta promoción social, intentando dar una mayor educación a estos
jóvenes, siendo sus diferentes actitudes hacia la escuela, la educación y la
vida en general las que los condenan a seguir reproduciendo el orden social.
Todo esto lo articula Willis en torno a
diferentes actitudes culturales muy marcadas en el ámbito escolar, que los
distinguen de los conformistas. Entre ellas están el Machismo, tanto en el
trato a las mujeres como en su concepción de la masculinidad, de la fuerza y
las relaciones entre iguales, en las que destaca una actitud muy física y
agresiva. Relacionado con esto, utilizan y se preocupan por su apariencia
física, la utilizan en el ámbito sexual y se preocupan por ser sexualmente
atractivos y parecer que son activos en este campo, tanto es así que es
utilizado en numerosas ocasiones como elemento diferenciador entre ellos y los
“pringaos”. El Racismo es otra característica de este grupo de chicos, que
odian, con diferentes grados y en distintos sentidos, tanto a los pakistaníes,
como a los orientales, negros, etc. Sus ganas de divertirse, de pasarlo bien en
cada momento es otra característica de estos alumnos, esto tiene su
manifestación más palpable en la escuela, cuando boicotean las clases con
bromas, mal comportamiento, no asistiendo a ellas, etc, porque creen que esto
es lo divertido y esta es, para ellos el principal objetivo, incluso como se
dice a lo largo del libro, es la razón por la cual justifican en cierta medida
su preferencia por el trabajo manual, ya que dicen que el trabajo de oficina es
mas aburrido, menos físico y por lo tanto con poca actividad. Valoran el
trabajo manual, como se ha dicho, porque además de activo es considerado
masculino, útil y por lo tanto mejor que el trabajo de oficina o intelectual,
es, para ellos, parte de la “cosas que importan”, de la “vida real”. El fumar y
el beber, aunque formen parte también de las actividades relacionadas con la
diversión, se relacionan a su vez con el plano de lo adulto, y son dos
actividades que los “colegas” comienzan a hacer desde muy temprana edad, como
muestra incluso de identidad cultural. Estas dos actividades los acompañarán
seguramente el resto de sus vidas, y es incluso uno de los alicientes a los que
hacen alusión cuando hablan de las ventajas de ponerse a trabajar y ganar un
sueldo, pudiendo de esta manera salir a divertirse y por lo tanto beber, cuando
quieran.
Todos estos elementos forman un continuo entre el mundo escolar y el laboral,
entre el que ciertas características se repiten; el machismo, el fumar, el
beber, la valoración del trabajo manual por encima del intelectual, etc. Pero
surgen otros aspectos que se contraponen. Uno de ellos al que willis trata de
forma amplia por las implicaciones que tiene es la decepción que casi siempre
se llevan estos chicos a la hora de entrar en el mercado laboral. El trabajar
en esos empleos no suele ser tan gratificante como al cultura obrera les ha
inducido a creer y se suelen producir desencantos que, de todas formas, no
pueden cambiar el destino de estos chicos, ya que cuando esto se produce suelen
estar ya metidos en la dinámica familiar, donde tienen una familia a la que
mantener y donde la actividad no remunerada de la escuela no puede ser una
opción.
La segunda parte del libro es más
teórica, y pretende dar explicación a porqué todo lo anterior ocurre de la
forma en que ocurre a través de dos términos; el de penetración y el de
limitación. El concepto de penetración
hace referencia a determinados rasgos de la contracultura obrera que implican
una mejor comprensión, o una comprensión real y diferente al que supone la
cultura escolar, a la naturalización de las relaciones sociales que promueve el
discurso social. La primera penetración de la que habla Willis, tiene que ver
con la manera de entender los títulos y la propia educación por parte de los
“colegas”, los cuales no los valoran porque han vivido y comprobado que, aunque
estos títulos puedan promocionar a un individuo concreto, no van a solucionar
el problema de clase, estructural, en el que también están inmersos. Esta
contradicción es la que hace que los individuos, como pertenecientes a este
grupo, no se dejen “domesticar” por los valores de la cultura escolar. La
segunda y tercera penetraciones están muy ligadas, una hace referencia a la
fuerza de trabajo como mercancía que es vendida a cambio del salario semanal,
pero que sin embargo es controlado en cierta medida por los trabajadores con
técnicas como el escaseo y cierto control de los tiempos en las fábricas. La
otra es que el trabajo se tiene como un “trabajo general abstracto”, los
“colegas” no distinguen entre diferentes trabajos, mientras éste entre dentro
de lo que culturalmente se considera un trabajo deseable, da igual que sea de
fontanero como fundidor en una fábrica o repartidor de leche. Esto muestra
precisamente que dan más importancias a las semejanzas que estos tienen, que no
es ni más ni menos que el comercio con esa fuerza de trabajo, y no con
productos concretos con los que se comercializa trabaja.
Toda esta conciencia o contracultura escolar, podría dar lugar a un cambio
social, o a una respuesta estructural. Una de las razones porque esta no se
produce es la desorganización política, pero principalmente, para Willis,
existen otros criterios que impiden este cambio, y las categorizan bajo el
concepto de limitación. Las diferentes limitaciones pueden resumirse en
una serie de divisiones culturales que en que la contracultura obrera
categoriza la realidad. La primera es la ya comentada división entre trabajo
manual/mental, esta división se corresponde con una asociación del trabajo
manual con la masculinidad y del mental con la feminidad y esto se relaciona
con una segunda división; la división sexual. Lo masculino es puesto como lo
deseable y es de hecho lo que los colegas imponen, conduciendo a diferentes
contradicciones en lo referente a la percepción de lo femenino. Esto conecta con
lo que Willis llama el patriarcado inherente al capitalismo, dentro del cual la
mujer adoptaría el papel de ama de casa, de madre, de aportar un sueldo
secundario y depender siempre del salario del hombre. Esta importancia que la
contracultura da al sueldo masculino es importante, ya que demuestra en parte
ese “fetichismo del sobre”, según el cual lo importante no es el sueldo en sí
mismo, ya que este es a veces insuficiente para mantener a la familia, sino el
hecho de entenderlo como el sueldo principal, del que el resto de la familia
depende. Además de esta división sexual del trabajo, existe otra división, que
es la racial. Los inmigrantes realizan trabajos incluso más duros que los
propios “colegas” y esto hace que podría considerarse a estos inmigrantes como
“más hombres” que ellos mismos, pero culturalmente se califican esos trabajos
como asquerosos e indeseables, conformando así una forma de racismo en la que
los obreros se separan también de las personas inmigrantes
En otro capítulo Willis trata el papel
de la ideología en el ámbito que ha trabajado. Dice que el servicio de
orientación del colegio es el que de alguna forma más influye en la
“confirmación” por parte de los “colegas” lo que las penetraciones tratadas
anteriormente les mostraban. A continuación reflexiona acerca del análisis de
la reproducción social, en ella rechaza las explicaciones mecanicistas, dice
que han de tenerse en cuenta y explicarse cómo los cambios estructurales se
manifiestan realmente y a través de qué instituciones. En cuanto a la
reproducción social, esto también ha de tenerse en cuenta, y se ha de ser
consciente que las instituciones no sólo consiguen aquello que dicen perseguir,
sino que las consecuencias de su funcionamiento pueden ser incluso opuestas a
las que persiguen, tal como pasa en las escuelas progresistas con los chicos de
clase obrera, incluso de un modo inconsciente.
El orador concluyó su investigación
afirmando que los muchachos tenían un "anti-autoridad" subcultura que
transmite a los lugares de trabajo, donde una gran parte de la identidad de los jóvenes
del libro giraba alrededor del consumo. De hecho, se distinguían de los
profesores y de los conformistas a través del uso de artículos de consumo
culturales: fumando, vistiendo, bebiendo etc. para mostrar que eran superiores.
Learning to Labour, en su conjunto es un camino de encarar esta cuestión:
saber cómo se introduce la fuerza de trabajo y, a su vez, entender algunos de
los mecanismos de la autonomía, la independencia y la complejidad de la
esfera cultural.
A lo largo de su obra, de la que también forman parte los libros Profane
Culture (1978), que es una investigación que se basa en la evaluación de
dos diferentes culturas de las minorías: los niños moto-y los hippies a
principios de 1960. Esta investigación está tan vigente hoy ya que a pesar
que la investigación se realizó ya hace
varios años está, estas culturas señaladas en el texto siguen apareciendo hoy,
pero en otras formas."Ambas culturas reproduce, incluso de forma creativa,
las debilidades, la brutalidad y las limitaciones de sus propias ubicaciones
estructurales y culturas los padres de clase". Por supuesto, estos dos
cultivos fueron excluidos de la sociedad y han creado sus propias reglas,
normas y valores. La principal diferencia se encontraba en las culturas los
padres.
En enero de 1972 dio una ponencia en el Simposio en la 9na “Conferencia
Nacional de la Desviación” con su ex ponencia titulado “A Motor Bike
Subcultura”. Los “chicos motos” (niños motos” eran en su mayoría de familias de
clase trabajadora, mientras que los hippies de clase media. Otra diferencia es
que los niños moto no ha creado su cultura a pesar de los hippies querían ser
excluidos y así lo hicieron.
Los “Niños Motos” son los que aceptan la masculinidad a través de la fuerza. Hicieron caso omiso de todas las reglas y
normas mediante la creación de su propia cuenta. "Su aspecto era
agresivamente masculino. Ellos no hicieron demandas, En cambio los
"hippies” se comportó de otra manera, habían más capital cultural y las normas
aceptadas de la sociedad. Sin embargo: "Hippies, efectivamente,
rechazan las actitudes y las prácticas
existentes, las cuales según ellos no ha funcionado. Pero incluso en este caso no hubo ningún ataque sobre la base de
los trabajos (como los niños moto lo hizo). La cultura privado mantuvo su
propio ritmo y sentido del tiempo que constituye una exposición profunda y
crítica de la época industrial. "Esto le dio una oportunidad para hippy
para difundir su cultura más rápido y tienen una influencia en la sociedad. La
cultura tiene un propósito real de su apariencia.
Si nos fijamos en el mundo hoy en día, casi cada sociedad tiene su
propia " niños de motos”, pero en apariencia nueva. Sus gustos, estilos de
vida, las preferencias, las opiniones han cambiado, pero la idea no es
así." Todavía hay "muchachos" que rechazan el currículum oculto
y crea nueva generación de la clase obrera, mientras que 'hippies' parecen
estar desaparecido como sus principales puntos de vista se basa en el rechazo
de la sociedad industrial y a los capitalistas: "Se busca un Hippie hoy
dónde están? Ellos viven en apartamentos agradables y casas, o muerto de
sobredosis de drogas, con televisión de pantalla plana y equipos de sonido de
lujo. Ellos siguen leyendo los escritos de Karl Marx y por lo general estará en
los mítines de los políticos liberales, o protestar conservadores los
políticos".
Common Culture (1990) y la versión no
académica de éste último, Moving Culture (1990).Se trata un estudio realizado
dentro de una escuela de secundaria,(comprehensive schools)durante los tres
últimos años de estudio, ya que los años siguientes corresponden a la inserción
laboral de los alumnos; el contexto local es un barrio obrero ubicado en una
ciudad completamente industrial; el grupo principal a estudiar presenta
características de oposición,(no-conformistas en oposición a los
conformistas),es un grupo pequeño de hijos de los obreros blancos del barrio.
Como contexto socio-político (en referencia a la educación) se describe una
situación de descontento por los modelos educacionales que operaban en Gran
Bretaña a fines de los años 70, y a una supuesta mejora en la movilidad social
basada en las comprehensive schools.
Los grupos de chicos que participaban en el estudio se bifurcaban en dos vertientes:
“Una que nos muestra lo que hace el
grupo, sus manifestaciones aparentemente creativas de interacción con el medio
educativo-social...reaccionan ante la autoridad denostándola, desafiándola
hasta el límite mismo pero sin llegar nunca a romper el nexo y quedar fuera de
la escuela. Su posicionamiento los encontraba contrarios a los grupos
conformistas del colegio a los que consideraban inferiores además de
rechazarlos por su postura.
Durante todo la investigación se
analizan exhaustivamente los grupos más belicosos e inconformistas, sus
vestimenta, su comportamiento dentro y fuera de clase, con los grupos de
iguales, con sus contrarios...Sin embargo he tenido la sensación de que el
grupo de jóvenes menos problemáticos es analizado de forma colateral al
anterior, sin tanta rigidez y tanta meticulosidad.
.
Paul Willis construye el paradigma de la enseñanza y ve la relación de los
colegas con lo que él denomina diferenciación:
“La diferenciación denota una
asimilación de lo informal dentro del plano formal. Podemos pensar en la
interpretación del concepto Gramsciano de hegemonía, de cómo actúa la coerción
y el consenso en la internalización de normas; como para los colegas el proceso
es un proceso coercitivo diferenciado y no ya consensual.”
La relación "ellos" -
"nosotros" surge como evocación del sentimiento al relacionar de
forma diferencial el paradigma de la enseñanza con la propia enseñanza;
surgiendo el antagonismo de saber de la existencia de "otro" para
corroborar nuestra propia existencia.
SEGUNDA PARTE
La segunda parte del trabajo corresponde
al análisis de estas cuestiones dentro de un marco sociocultural. Los elementos
que utiliza para el análisis serán los conceptos de penetración y limitación:
“La penetración implica manifestaciones de la contracultura que les permite a
los 'colegas' traspasar el velo de lo naturalizado por la sociedad en el ámbito
educativo [...]no muestran como esta contracultura capta en significado
correcto detrás de las practicas sociales. Estas penetraciones se contrarrestan
mediante las limitaciones, propias de la ideología de la contracultura que
soslayan la capacidad de comprender cabalmente la posición que se tiene, de
comprenderse a sí mismos dentro de la sociedad clasista.
Las limitaciones son características
ideológicas que envuelven al sujeto y no le permiten traspasar ciertos límites.
Estas están referidas básicamente a su concepción del trabajo mental/manual,
del sexo opuesto, y su concepción de los grupos minoritarios.”
Por último, concluye este trabajo asegurando
que la escuela es una institución que forma parte de un sistema estatal, por
tanto refleja la ideología dominante en el circulo social,
“Dentro de la escuela la fuerza
ideológica más punzante para los colegas es el servicio de orientación profesional.
Y esta y no otra práctica la que les confirma de una manera directa a los
colegas las características del trabajo a realizar. La dureza de la labor
emparejada con el gran corazón, la propagando contribuye a afirmar lo que las
penetraciones "mostraban".
Conceptos:
IDEOLOGÍA
Y HEGEMONÍA
Para comprender el esquema desarrollado por Willis, estos son: hegemonía
e ideología. Ambos conceptos son de matriz claramente marxista y son conceptos
que se implican mutuamente en el nivel de conflicto en que se debate la
sociedad capitalista; son conceptos que explican el desarrollo de la lucha de
clases en el nivel de la superestructura. La ideología hace aparecer como
naturales las diferencias de clase, etc. Así, podemos entender que el discurso
dominante distorsiona la percepción de la realidad social de los dominados. Entonces
la escuela como agente de la ideología dominante del estado ejerce el control y
la dominación de la clase burguesa en su propio favor. Al escuela lleva a cabo
la institución escolar desarrolla en los individuos un sentido de identidad de
clase, y unas formas de comportamiento que se adecuan a las distintos perfiles
de trabajadores. De esta manera los individuos de las clases más desfavorecidas
aprenden a obedecer y a actuar
según las normas, mientras que
las clases privilegiadas, al alcanzar niveles de formación superiores,
adquieren la autonomía necesaria para el desempeño de tareas de dirección y
control.
Tanto la escuela como el sistema productivo se estructuran de la misma
manera, es decir, a través a partir de un sistema jerárquico disciplinado, que
separa al individuo del control de lo que produce (en la fábrica) o sobre lo
que debe aprender (escuela). La escuela incentiva a los estudiantes con premios
en forma de notas, análogamente el empresario capitalista recompensa al obrero
en función de su productividad.
La inculcación ideológica que lleva a cabo la institución escolar
desarrolla en los individuos un sentido de identidad de clase, y unas formas de
comportamiento que se adecuan a las distintos perfiles de trabajadores. De esta
manera los individuos de las clases más desfavorecidas aprenden a obedecer y
a actuar según las normas, mientras que las clases privilegiadas, al
alcanzar niveles de formación superiores, adquieren la autonomía necesaria para
el desempeño de tareas de dirección y control.
Esta concepción un tanto estática, es lo que Willis ataca en su
etnografía y análisis y despliega otro concepto más dinámico e interactivo, que
puede resumirse en: la formación de la conciencia es también un producto
parcial de las acciones de los agentes sociales, los cuales disponen de un
margen relativo de autonomía que utilizan para la lucha política, para tratar
de liberarse de las imposiciones de la clase dominante.
El concepto de hegemonía, definido por Gramsci, es el proceso por el
cual la clase dominante ejerce el control moral e intelectual sobre las otros
grupos sociales, pero este control no consiste en una imposición ideológica,
sino que representa un proceso de transformación pedagógico y político en el
que la clase dominante articula un principio hegemónico que integra elementos
comunes que se hallan en las cosmovisiones y en los intereses de los demás
grupos.
La hegemonía, por tanto, subraya la relación entre dominantes y
dominados. A través del principio de hegemonía, la clase dominante consigue
articular un discurso que hace aparecer sus propios intereses como universales
y objetivos.
EL "CHOQUE" O LA LUCHA IDEOLÓGICA
Es en el terreno de las prácticas cotidianas donde emergen los elementos
de oposición a la cultura dominante, donde los individuos resisten a la
inculcación ideológica.
La escuela se convierte en el espacio de producción y desarrollo de la
subcultura juvenil obrera. Los colegas desafían la imposición cultural dominante
de la escuela a partir de una producción cultural propia, que hunde sus raíces
en la cultura de clase familiar (obrera). La teoría del habitus1
(Bourdieu), que no es una trasposición mecánica, como algunos pretenden, sino
como un sistema de disposiciones que se activan o no dependiendo de las
estrategias de los actores.
Como quiera que la deformación sociológica, impele a dar cuenta de ciertas
categorías para el análisis, que por otra parte proceden de otra tradición (en
particular de la sociología francesa (Durkheim, Mauss, Lévi-Strauss, Bourdieu,
Passeron) que tienen más en consideración los aspectos relativos a la teoría de
la reproducción, quiero traer aquí parte de un texto que produje para otra
materia, que considero de algún valor y que creo relevante por cuanto no
invalida las tesis fundamentales de Willis, y sí pueden servir de apoyo a una
comprensión global del fenómeno que estamos estudiando, si bien considero que
en un sentido amplio no quedan refutadas plenamente las teorías que hablan de
la reproducción por cuanto hace a la una mayoría; es decir, la asimilación
cultural que realizan los "pringaos": "El capital es una
relación social (el capital no sólo en su sentido fuerte, como capital
económico, sino también el capital cultural, simbólico).
Una relación de poder. Define la apropiación diferencial de recursos por
parte de los distintos sujetos. Un mercado (no es exclusivo el sentido
restringido de mercado en el sentido económico) es un campo de relaciones de
poder. En sus redes se confrontan grupos e individuos -definidos y ordenados
por su estructura diferencial de capital - por la apropiación diferencial de
recursos. Pero también es un campo moral: las luchas juegan sobre el suelo de
la creencia colectiva en el valor de las apuestas. Toda confrontación política
es una confrontación moral, y viceversa. Las luchas simbólicas son luchas
políticas: tienen eficacia sobre la apropiación diferencial de recursos. Hay
dos clases de luchas por el valor (luchas simbólicas): A) luchas por imponer o
destronar un principio de equivalencia y clasificación, y B) luchas por la
ordenación de los sujetos y objetos dentro de un principio de equivalencia
vigente. La mayoría de las luchas cotidianas son de la segunda clase. Pero
también utilizan la primera.
La imposición de un principio de equivalencia, de una jerarquía entre
principios de equivalencia o de un ordenamiento de sujetos y objetos dentro de
un principio de equivalencia es lo que se denomina violencia simbólica.
Mediante la violencia simbólica se logra la complicidad de los dominados en su
dominación."
Se pueden observar como rasgos característicos que definen la cultura de
los "colegas", a contrapelo con los asimilados por los
"pringaos", que expresarían los del esquema reproductivo
"clásico". Una valoración de la cultura de los "colegas" se
podría establecer como cultura dominada, que reacciona a modo de resistencia
contra la cultura dominante y que se produce en términos dualistas:
"Ellos" y "Nosotros", tal y como es percibido por la
cultura resistente.